El despido y la renuncia son dos maneras de terminar la relación laboral. El despido injustificado genera siempre muchos más conflictos y debe ser analizado con debida cautela, ya que muchas veces ha sido utilizado para avalar situaciones ilegales que suponen un perjuicio para el empleado.
Así como en toda relación social, en las relaciones laborales también se producen situaciones que pueden llevar a un quiebre que hace imposible la continuación de la misma y hace que los involucrados deban tomar decisiones al respecto. En el ámbito laboral existen distintas maneras de terminar con la relación. Todo depende de qué fue lo que generó el fin de la relación.
El despido y la renuncia son dos maneras de terminar la relación laboral. Si bien ambas terminan con la relación laboral, el despido no es lo mismo que la renuncia desde el punto de vista del trabajador.
El despido injustificado, es decir, los despidos que no están debidamente fundamentados en causales que la legislación laboral vigente estima procedentes, resulta ser más común de lo que parece.
Qué podemos hacer ante un despido
El despido representa la ruptura de una relación, en este caso laboral, y la desarticulación de expectativas y esquemas de comportamientos que vienen asociados a estas relaciones. Experimentar un despido no solo conlleva un cambio en la estructura social habitual del individuo, sino que también se torna en una situación opuesta a las necesidades normales que provienen del trabajo. En estas situaciones lo recomendable es no caer en el enojo ni pensar en lo negativo de la situación, sino más bien focalizarse y repensar el día a día para superar este obstáculo. Para superar esta situación hay varios consejos que te pueden ayudar, como: no tomes al despido como algo personal, mantén una actitud positiva al respecto, asegúrate de que todo esté legalmente correcto, reinvéntate y piensa una estrategia de superación.
Qué consecuencias supone en un nuevo empleo
En cualquiera de los casos enfrentar un despido no es fácil y, dependiendo de la actitud del sujeto, puede ser provechoso. Cuando sufrimos una situación de despido lo más común es desesperar y pensar negativamente. Sabemos que debemos conseguir un trabajo y que debemos comenzar todo ese rollo de nuevo. Es un camino arduo de entrevistas, impresión de CV y el envío del mismo. Cuando hemos sido despedidos sin causa tenemos ese pesar en nuestras cabezas y muchas veces nos puede jugar en contra. Generalmente conseguimos ser entrevistados, pero cuando llega esa pregunta regular de los entrevistadores: ¿por qué dejaste tu trabajo anterior?, la evadimos con pánico, titubeamos y mentimos. Calma, no tiene nada de malo ser despedido sin causa y no hay necesidad de decirlo de esa manera.
Siempre podemos parafrasear sin mentir. La frase, me despidieron sin causa, puede parafrasear como: la empresa decidió hacer un recorte de personal, o, decidimos de ambas partes el cese de la relación. Siempre podemos mostrar nuestra inocencia ante los entrevistadores que quizás pregunten y ¿por qué decidieron terminar la relación? Y desde allí aprovechar para vendernos y decir que “la empresa buscaba a alguien dedicado para el puesto y nosotros sentíamos que el puesto ya no nos significaba ningún crecimiento ni desafío personal y, ante la falta de vacantes para un puesto superior, decidimos terminar con la relación e ir en búsqueda de nuevos horizontes”
La crisis económica ha condicionado el estado de bienestar. Es fundamental, entonces, la obtención y el afianzamiento de habilidades interpersonales, relacionales y emocionales para superar los obstáculos que este nuevo mundo impone.
El ámbito laboral se ha vuelto un reto para muchos y de nuestra creatividad depende la superación de obstáculos como un despido injustificado y la desvinculación con posibles consecuencias en un nuevo empleo.
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