Prácticamente todos los trabajadores a lo largo de su vida laboral requerirán, al menos en una ocasión, de la ayuda de un asesor de conciliación y arbitraje que les oriente. La ayuda que el asesor puede brindar suele ser invaluable, pero hay que tener cuidado en solicitar el consejo de un verdadero profesional.
1. ¿Cómo saber en quién confiar?
Lo primero que debes saber es que los verdaderos profesionales no se encuentran al acecho de sus futuros clientes cazándolos al vuelo en los pasillos e inmediaciones del edificio de la Junta de Conciliación y Arbitraje.
Estas familiares figuras tan típicas de estos espacios son los denominados «coyotes» y, normalmente, solo se encuentran en búsqueda de formas de hacer dinero fácil sin importarles el resultado del asunto o a quien dañen en el proceso.
Te atraen mediante promesas infundadas sobre cantidades irreales de dinero que te harán ganar, o bien con ofrecimientos de ganar tu caso en un tiempo récord que, difícilmente, puede lograrse aún por los mejores abogados de la materia. Tu desconocimiento es su mayor ventaja.
Lo más aconsejable es acudir a un despacho bien establecido y que cuente con la especialidad en derecho laboral. Si es posible, recomendado por algún conocido tuyo que haya experimentado buenos resultados con anterioridad.
2. ¿Contratar un despacho o un independiente?
Las ventajas de contar con un despacho que te defienda son muchas. Sin embargo, en algunas ocasiones podrás recibir ayuda de un profesional independiente. Si este fuera el caso, verifica sus credenciales.
Es indispensable que cuente con el título y cédula profesionales que lo habilitan a ejercer la profesión del derecho. De lo contrario, lo mejor será que no ocupes sus servicios pues, en alguna parte del proceso, dichos elementos serán fundamentales para tu causa.
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La experiencia es otro aspecto fundamental en el que debes poner atención. En este sentido, un despacho siempre tendrá ventajas frente a profesionales independientes debido simplemente al volumen de casos que tienen capacidad de atender y a los recursos que a cada uno de ellos pueden asignar.
Igualmente importante es el porcentaje de casos ganados, pues indica al menos dos cosas: la seriedad del análisis de cada caso para diagnosticarlo correctamente y el adecuado seguimiento del proceso que evite descalificaciones y sorpresas desagradables por incumplimiento, ambos elementos fundamentales para que tu asunto tenga éxito.
Jamás tengas reparos en preguntar todo aquello que necesites para tener claridad sobre tu situación laboral y tu probabilidad de ganar tu caso. Los verdaderos profesionales siempre estarán dispuestos a resolver todas tus dudas, sin importar que requieras de varias explicaciones antes de comprender cabalmente la situación.
En materia de derecho, muchas veces lo que nos parece lógico no aplica en la forma que visualizamos, y entenderlo no resulta tarea fácil.
Es importante que deposites tu confianza en quien te hable claramente, en términos sencillos que comprendas fácilmente. Es muy común que quien se quiere aprovechar de ti utilice un lenguaje complicado, lleno de palabras técnicas que usa con el único propósito de impresionarte.
3. Los costos del proceso
El aspecto económico es, sin duda, un factor que debes considerar detenidamente. Necesariamente, una buena defensa debe tener un costo. Sin embargo, la justificación del dinero que pagarás por tu asunto debe hacerte sentir confortable.
En este sentido, es muy importante que quien vigile tus intereses presente un presupuesto que explique claramente los pormenores del dinero que habrás de gastar y las razones por las que habrás de hacerlo de manera que, en el camino, no sufras sorpresas desagradables.
No aceptes la ayuda de cualquiera para defender tus derechos, busca siempre el asesoramiento de un despacho experimentado que te dé tranquilidad.